Atrapados en el hielo. La historia de sufrimiento y supervivencia de Shackelton y sus hombres.
“Se buscan hombres duros, aguerridos, con ganas de aventura y poco dinero que ganar. Se afrontarán numerosos peligros,…”
Acabo de terminar de leer un libro apasionante sobre una historia real ocurrida en los primeros años del siglo XX, la época de los exploradores polares.
Gracias a la Dos de Televisión Española, que a finales de marzo de este año emitió un documental sobre el tema, hizo que me enamorase de esta historia y como quería saber un poco más, cuando tuve ocasión me hice con el libro Atrapados en el Hielo (Caroline Alexander, Ed. GeoPlaneta) que por fin, he devorado.
Sir Ernest Shackelton, protagonista de la historia, había sido participante en varios viajes a la Antártida, incluso acompañó a Scott en una de sus aventuras polares e hizo otra aventura propia anterior a ésta que le sirvió de preparación.
El plan era llegar a La Antártida y recorrerla de extremo a extremo, una de las hazañas “disponibles” en la época, para ello hizo una selección exhaustiva de hombres, materiales, herramientas, comida y animales. El barco que les llevaría, el Endurance, era de lo mejor que había salido de los astilleros noruegos. En la tripulación que iba con él, 27 hombres, de todos los estratos sociales y culturales, médicos, cocineros, científicos, marineros, carpintero, fotógrafo,….con todo tipo de personalidades.
El barco partiría en agosto de 1914, justo recién comenzada la I Guerra Mundial, de la que les absolvieron de ir, desde Inglaterra, en dirección Buenos Aires y de ahí a la Isla de San Pedro, la última isla donde hicieron escala antes de afrontar su viaje hacia la Antartida.
El 5 de diciembre de 1914, salieron de Grytviken, en San Pedro, a bordo del Endurance, los 28 hombres, tras una travesía por el mar de Weddell y rodeados de cada vez más bloques de hielo el barco quedó atrapado en hielo el 20 de enero de 1915 a tan solo 130 km de la costa de la Antártida.
Las imágenes que han quedado de los hechos, realizadas por Hurley, el fotógrafo de la expedición son impresionantes, muestra el barco parado en el hielo y las escenas de los hombres metidos en una rutina en durísimas condiciones, en medio de un mar de hielo y el invierno austral cada vez más cerca.
El barco, atrapado en el hielo, fue a la deriva durante meses sin rumbo y sin que los hombres su destino, y con la vana esperanza de que se abriese el hielo que les permitiese seguir su camino. Los tempanos de hielo llevaron el barco hacia el norte de aquellas aguas heladas.
Con paso del tiempo, la presión del hielo hizo que el barco quebrase y obligó a los hombres salir, en los tres botes salvavidas, e ir hacia algún punto de tierra cercano, en aquellos tiempos en los que la orientación de los marinos se basaba en el sextante y las estrellas. El grupo de 28 hombres ya no iría a la Antártida, ahora la nueva misión de Shackelton se había convertido sacarlos de allí con vida.
Con aquellos tres botes consiguieron llegar a la isla Elefante, isla pequeña, muy cercana a la Península Antártica, donde establecieron un campamento, cercano a la orilla, no sin haber pasado terribles sufrimientos en el camino. Aquella isla, totalmente deshabitada, no les servía de mucho, y debían plantearse como salir de allí.
Shackelton decidido a darlo todo por sus hombres, cogió a sus hombres de confianza y a los que sembraban la desconfianza y el malestar en el resto y con uno de los botes, el Jame Caird, salió de la isla Elefante rumbo a la isla San Pedro, recorriendo alrededor de 1300 km, por aguas terribles, y en las que no murieron por la pericia y experiencia del equipo y probablemente porque Alguien decidió que no era su hora. En aquellos días un ballenero a vapor pereció debido a los temporales de la zona.
La llegada a la isla San Pedro no fue muy halagüeña, ya que desembarcaron en una zona deshabitada, y toda la civilización de la zona estaba al otro lado de la isla. Así que de los seis, tres se quedaron allí acampados y Shackelton, Crean (su fiel compañero) y Worsley (el navegante experimentado y capitán del Endurance) pusieron rumbo a la bahía de Stromness, por tierras que no había recorrido antes nadie, con cotas de tres mil metros de altura llenas de hielo y sin apenas fuerzas para recorrerlas. Sólo el ánimo y el tesón de aquellos tres hombres y sus ganas de liberar a sus compañeros atrapados en la isla Elefante dieron en valor y empuje necesarios para recorrer aquellos inhóspitos kilómetros a pie durante más de treinta horas y un ayuda muy especial:
“Cuando miro atrás esos días, no me cabe duda de que la Providencia nos ha guiado, no sólo a través de los campos de nieve a través del mar picado y blanco que separaba la isla Elefante del punto de desembarco en San Pedro…// … por las montañas sin nombre y los glaciares de San Pedro a menudo me pareció que éramos, no tres, sino cuatro,…”. Shackelton.
Acabo de terminar de leer un libro apasionante sobre una historia real ocurrida en los primeros años del siglo XX, la época de los exploradores polares.
Gracias a la Dos de Televisión Española, que a finales de marzo de este año emitió un documental sobre el tema, hizo que me enamorase de esta historia y como quería saber un poco más, cuando tuve ocasión me hice con el libro Atrapados en el Hielo (Caroline Alexander, Ed. GeoPlaneta) que por fin, he devorado.
Sir Ernest Shackelton, protagonista de la historia, había sido participante en varios viajes a la Antártida, incluso acompañó a Scott en una de sus aventuras polares e hizo otra aventura propia anterior a ésta que le sirvió de preparación.
El plan era llegar a La Antártida y recorrerla de extremo a extremo, una de las hazañas “disponibles” en la época, para ello hizo una selección exhaustiva de hombres, materiales, herramientas, comida y animales. El barco que les llevaría, el Endurance, era de lo mejor que había salido de los astilleros noruegos. En la tripulación que iba con él, 27 hombres, de todos los estratos sociales y culturales, médicos, cocineros, científicos, marineros, carpintero, fotógrafo,….con todo tipo de personalidades.
El barco partiría en agosto de 1914, justo recién comenzada la I Guerra Mundial, de la que les absolvieron de ir, desde Inglaterra, en dirección Buenos Aires y de ahí a la Isla de San Pedro, la última isla donde hicieron escala antes de afrontar su viaje hacia la Antartida.
El 5 de diciembre de 1914, salieron de Grytviken, en San Pedro, a bordo del Endurance, los 28 hombres, tras una travesía por el mar de Weddell y rodeados de cada vez más bloques de hielo el barco quedó atrapado en hielo el 20 de enero de 1915 a tan solo 130 km de la costa de la Antártida.
Las imágenes que han quedado de los hechos, realizadas por Hurley, el fotógrafo de la expedición son impresionantes, muestra el barco parado en el hielo y las escenas de los hombres metidos en una rutina en durísimas condiciones, en medio de un mar de hielo y el invierno austral cada vez más cerca.
El barco, atrapado en el hielo, fue a la deriva durante meses sin rumbo y sin que los hombres su destino, y con la vana esperanza de que se abriese el hielo que les permitiese seguir su camino. Los tempanos de hielo llevaron el barco hacia el norte de aquellas aguas heladas.
Con paso del tiempo, la presión del hielo hizo que el barco quebrase y obligó a los hombres salir, en los tres botes salvavidas, e ir hacia algún punto de tierra cercano, en aquellos tiempos en los que la orientación de los marinos se basaba en el sextante y las estrellas. El grupo de 28 hombres ya no iría a la Antártida, ahora la nueva misión de Shackelton se había convertido sacarlos de allí con vida.
Con aquellos tres botes consiguieron llegar a la isla Elefante, isla pequeña, muy cercana a la Península Antártica, donde establecieron un campamento, cercano a la orilla, no sin haber pasado terribles sufrimientos en el camino. Aquella isla, totalmente deshabitada, no les servía de mucho, y debían plantearse como salir de allí.
Shackelton decidido a darlo todo por sus hombres, cogió a sus hombres de confianza y a los que sembraban la desconfianza y el malestar en el resto y con uno de los botes, el Jame Caird, salió de la isla Elefante rumbo a la isla San Pedro, recorriendo alrededor de 1300 km, por aguas terribles, y en las que no murieron por la pericia y experiencia del equipo y probablemente porque Alguien decidió que no era su hora. En aquellos días un ballenero a vapor pereció debido a los temporales de la zona.
La llegada a la isla San Pedro no fue muy halagüeña, ya que desembarcaron en una zona deshabitada, y toda la civilización de la zona estaba al otro lado de la isla. Así que de los seis, tres se quedaron allí acampados y Shackelton, Crean (su fiel compañero) y Worsley (el navegante experimentado y capitán del Endurance) pusieron rumbo a la bahía de Stromness, por tierras que no había recorrido antes nadie, con cotas de tres mil metros de altura llenas de hielo y sin apenas fuerzas para recorrerlas. Sólo el ánimo y el tesón de aquellos tres hombres y sus ganas de liberar a sus compañeros atrapados en la isla Elefante dieron en valor y empuje necesarios para recorrer aquellos inhóspitos kilómetros a pie durante más de treinta horas y un ayuda muy especial:
“Cuando miro atrás esos días, no me cabe duda de que la Providencia nos ha guiado, no sólo a través de los campos de nieve a través del mar picado y blanco que separaba la isla Elefante del punto de desembarco en San Pedro…// … por las montañas sin nombre y los glaciares de San Pedro a menudo me pareció que éramos, no tres, sino cuatro,…”. Shackelton.
A partir de la llegada a Grytviken, y después de año y medio de su salida de San Pedro, pudieron recoger la ayuda necesaria para ir a por el grupo que faltaba en San Pedro y luego en la isla Elefante.
Esta historia épica está muy bien documentada gracias a los diarios de varios de los integrantes, así como las fotografías antes comentadas de Hurtley.
Ahora mismo, la Caixa está ofreciendo una exposición itinerante sobre la misma, coincidiendo con el año polar en: Obra social de la Caixa
La exposición ha pasado en 2007 por Palma, Valladolid y Sevilla (donde está ahora) y le queda Barcelona, Zaragoza y Alicante, lástima que no venga a Madrid. Si puedo me pasaré por la de BCN, que además siempre es un gusto ir por allí.
Merece la pena hacer una reflexión a como sería la personalidad del líder del grupo, Shackelton, para llevar a cabo tamaña gesta. En la narración quedan patentes:
· Muestras de su generosidad: siempre se ofrecía el primero a hacer las tareas
· Capacidad de afrontar el cambio: después de llevarse el varapalo de saber que no podrían llegar a la Antártida, como supo modificar el propósito de la misión a salvar la vida de sus hombres y se concentró en dicho objetivo
· Trabajar bajo unas condiciones muy extremas
· Es muy inteligente en el aspecto relacional y para evitar conflictos se acerca a si mismo a los miembros del equipo más conflictivos
· Muy comprometido con todos sus hombres y siempre valora los riesgos en la justa medida, para que no muera nadie
· Disciplinado: Establece una adecuada rutina de trabajo para mantener a sus hombres ocupados para evitar que caigan desmoralizados
· Liderazgo: todos le reconocen como “el jefe”
Esto es todo, como siempre te recomiendo el libro, sobre todo la edición más cuidada (geoPlaneta, 21euritos) que tiene unas fotos impresionantes además de una encuadernación bien chula.
Cuídate y disfruta.
“Nunca la bandera arriada. Nunca la última empresa”. Sir Ernest Shackelton
Merece la pena hacer una reflexión a como sería la personalidad del líder del grupo, Shackelton, para llevar a cabo tamaña gesta. En la narración quedan patentes:
· Muestras de su generosidad: siempre se ofrecía el primero a hacer las tareas
· Capacidad de afrontar el cambio: después de llevarse el varapalo de saber que no podrían llegar a la Antártida, como supo modificar el propósito de la misión a salvar la vida de sus hombres y se concentró en dicho objetivo
· Trabajar bajo unas condiciones muy extremas
· Es muy inteligente en el aspecto relacional y para evitar conflictos se acerca a si mismo a los miembros del equipo más conflictivos
· Muy comprometido con todos sus hombres y siempre valora los riesgos en la justa medida, para que no muera nadie
· Disciplinado: Establece una adecuada rutina de trabajo para mantener a sus hombres ocupados para evitar que caigan desmoralizados
· Liderazgo: todos le reconocen como “el jefe”
Esto es todo, como siempre te recomiendo el libro, sobre todo la edición más cuidada (geoPlaneta, 21euritos) que tiene unas fotos impresionantes además de una encuadernación bien chula.
Cuídate y disfruta.
“Nunca la bandera arriada. Nunca la última empresa”. Sir Ernest Shackelton
PD: Las fotos expuestas son de Hurtley, la primera representa el barco atrapado y la segunda los paisajes de la isla San Pedro.
6 Comments:
José María,
Me ha gustado mucho tu blog y especialemente el articulo "Atrapados en el Hielo". Sin duda me compraré el libro y cuando lo lea te comentaré.
Un abrazo. Jaime.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Oi, achei seu blog pelo google está bem interessante gostei desse post. Gostaria de falar sobre o CresceNet. O CresceNet é um provedor de internet discada que remunera seus usuários pelo tempo conectado. Exatamente isso que você leu, estão pagando para você conectar. O provedor paga 20 centavos por hora de conexão discada com ligação local para mais de 2100 cidades do Brasil. O CresceNet tem um acelerador de conexão, que deixa sua conexão até 10 vezes mais rápida. Quem utiliza banda larga pode lucrar também, basta se cadastrar no CresceNet e quando for dormir conectar por discada, é possível pagar a ADSL só com o dinheiro da discada. Nos horários de minuto único o gasto com telefone é mínimo e a remuneração do CresceNet generosa. Se você quiser linkar o Cresce.Net(www.provedorcrescenet.com) no seu blog eu ficaria agradecido, até mais e sucesso. (If he will be possible add the CresceNet(www.provedorcrescenet.com) in your blogroll I thankful, bye friend).
Chema:
Soy Eduardo (2 plantas por debajo de ti).
Yo he tenido exactamente la misma fascinación por Shackleton que tu.
Lo descubri tambien un Domingo, casualmente en la primera entrega de "Al Filo de lo Imposible", e inmediatamente me puse a la busca y captura de información sobre este increible personaje.
Como ya sabras hay mucha. Entre otras cosas una pelicula de Kenneth Branag (o como se escriba), el libro que comentas (que lo encontre el año pasado en la Casa del Libro buscando los regalos de Navidad para los niños).
Bueno, este rollo te lo cuento porque en el Proyecto Gutenberg está el diario de Shackleton (http://www.gutenberg.org/etext/5199). Merece la pena.
Un abrazo: Eduardo
Ok, Edu
Muchas gracias por la info, le echaré un vistazo.
Un abrazo,
Chema
Mira, hay una exposición en el Jardín Botánico de las fotos de la expedición!
http://www.rjb.csic.es/jardinbotanico/jardin/contenido.php?Pag=143&tipo=agenda&cod=376
A ver si puedo ir a verla.
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