Vuelvo a Granada, vuelvo a mi hogar,…
Quizás sea porque no te tengo,
quizás sea porque te conocí, y te tuve que dejar,
o quizás, porque al volverte a encontrar, me gustas más,…
Creo que pocas ciudades en España tienen más encanto que Granada.
Un paseo por la carrera del Darro y la subida por el barrio del Albaicín, para contemplar las vistas de La Alhambra y Sierra Nevada desde el mirador de San Nicolás (ya sé que suena típico, pero es así, y si no, no estaría tan lleno,…) que son espectaculares, bien valen ir hasta allí.
Y, sobre todo,…La Alhambra. Sí que debieron vivir bien los reyes Nazaries,… Deja que el olor a jazmín de los jardines del Generalife te sumerja a otros lugares. Ojo, acuérdate de hacer la reserva de la entrada con tiempo.
Por no hablar de esos otros placeres mundanos, que también te sumerjen,… ;-)… las cañas y las tapitas (menudos sitios por Pedro Antonio), las teterias de Calderería Nueva y Vieja, los bocatas del Aliatar (cerca de la plaza Bib-Rambla, no te pierdas el de habas con jamón), los helados de La Rosa, o las “exquisitas Maritoñis”,… Y, por qué no decirlo, todo bien baratito,…
Dale limosna, mujer,
que no hay en la vida nada
como la pena de ser
ciego en Granada,…
Francisco Alarcón de Icaza
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