La trenca
Resulta que un día de invierno de hace unos años había salido con unos amigos y estaba tomando algo en un bar. Yo había llevado un abrigo tipo trenca de color marrón al que tenía mucho cariño.
Había dejado la trenca en una parte de lugar junto con otros abrigos que de más gente.
Después de pasar un buen rato en aquel sitio con los amigos, decidimos cambiar de lugar. Mi sorpresa fue, que al ir a recoger mi abrigo, el que había era el mismo pero no era el mío, ya que si bien el modelo era exactamente el igual, resultaba ser un poco más pequeño.
Decidí llevarme el abrigo y dejé el número de teléfono de mi casa (en aquellos días no había móviles todavía) en el bar, por si había suerte y su verdadero dueño venía a reclamarlo y cambiarmelo por el mío.
Durante el día siguiente, miré el contenido del bolsillo del nuevo abrigo y vi que tenía un listado de las asignaturas de un curso de la carrera de Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares.
Por la tarde-noche del día siguiente salí con otros amigos y justo antes de llegar a un local, vi a un chico, que llevaba un abrigo exactamente igual que el mío.
Decidí acercarme hacía él y le dije:
- ¿Tú estudias Filosofía?
- Tu abrigo está en tu casa - Me respondió él.
Aunque parece un diálogo surrealista, lo que ocurrió fue que el chico se dió cuenta de que no era su abrigo, fue al sitio donde los habíamos intercambiado por error, cogió el número de teléfono, llamó, fue a mi casa y le abrió mi hermano, con el que cambió la trenca suya por la mía. Por eso en cuanto le pregunte, él me reconoció por mi parecido físico con mi hermano y me respondió de esa manera.